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lunes, 23 de julio de 2012

Lorenzo Ghiberti y las Puertas del Baptisterio de Florencia

Mientras en el resto de Europa imperaba todavía el Arte gótico, en Italia comenzaba, en el siglo XV el Quattrocento o Renacimiento temprano. Es el momento en que triunfa el hombre y la naturaleza. La escultura va por delante de la arquitectura y de la pintura, desarrollándose vertiginosamente. Sus antecedentes tuvieron lugar en el sur de Italia, en la corte de Federico II, bajo cuya protección nació una escuela artística que ya se anticipaba del Renacimiento en el siglo XV. 


Será la ciudad de Florencia, ciudad próspera en estos momentos, con la poderosa familia de los Medici, mecenas y promotores del Arte, la que tome el protagonismo en la figura de su mejor representante: Lorenzo Ghiberti. A partir de ese momento ya no se detectará ningún lastre medieval. La escultura florentina será, durante siglo y medio, la dominadora del retrato de busto, del ecuestre, del relieve y del bulto redondo. El material empleado por excelencia en este período fue el mármol. seguido del bronce.

Lorenzo Ghiberti (Florencia, 1378 - 1. de diciembre 1455). Escultor, orfebre, arquitecto y escritor de arte italiano del Quattrocento. Comenzó su actividad artística como orfebre. Sin embargo, no ganó fama hasta 1401, cuando participó del concurso para decorar las segundas puertas del baptisterio de la Catedral (Duomo) de Florencia, resultando ganador, al renunciar al premio con igual mérito, Brunelleschi, también finalista.

Su triunfo en dicho concurso resultó decisivo en su vida, puesto que la magnitud de aquella tarea requirió la creación de un taller de gran tamaño, que se convertiría en el principal de la ciudad durante medio siglo. En él se formaron figuras destacadas del Renacimiento, como Donatello, Michelozzo, Uccello, Masolino y Filarete. 


El trabajo en las denominadas Puertas del Paraíso duró más de veinte años. Se incluyen en ellas veinte episodios de la vida de Cristo y ocho tallas de santos, de un estilo minucioso, cercano al gótico.

Su obra tuvo tanto éxito que el gremio de comerciantes de Florencia le encomendó el encargo de ejecutar para el mismo baptisterio una tercera doble puerta, que acabó en 1452. Está decorada con diez bajorrelieves en bronce dorado que representan escenas del Antiguo Testamento, en un estilo totalmente diferente al anterior, en el que se aplican las reglas de la perspectiva renacentista. Miguel Ángelbautizó esta puerta como Puerta del Paraíso, nombre con la que se la sigue conociendo en la actualidad.

También esculpió algunas estatuas de bronce para la iglesia florentina de Orsamicele. En los últimos años escribió tres tomos de Los Comentarios, en los que se incluían, con valiosas referencias a pintores y escultores italianos, así como una autobiografía que es la primera que se conserva de un artista. 

El Baptisterio de San Juan en Florencia tiene una gran importancia en la historia del Arte Occidental. Su planta octogonal simboliza los ocho días de la Resurrección de Cristo, así como la vida eterna dada a través del bautismo. Sus tres puertas están compuestas por relieves narrativos que se fueron llevando a cabo a lo largo del tiempo y cuya historia vale la pena conocer.

Comencemos en 1330 con el escultor y arquitecto Andrea Pisano quien se encargó de la puerta sur del baptisterio. Es su única obra autógrafa y también su realización más madura. Se destacó en el reto que suponía distribuir el conjunto de escenas a lo largo de las puertas, para lo cual la dividió en rectángulos, separados por marcos de tachones y cabezas de leones en relieve de carácter decorativo. 



La ciudad de Florencia fue la cuna del Renacimiento. El apoyo y promoción que recibían los artistas para impulsar el nuevo movimiento artístico y filosófico fue su esplendor cultural. Con el nuevo espíritu de modernidad, en Florencia se realizaban concursos para que sus monumentos públicos fueran diseñados por los mejores artistas del momento. 

En 1401 se inició el concurso para la realización de la segunda puerta del Baptisterio de San Juan, la puerta norte. Siete escultores competieron en él, incluyendo a Lorenzo Ghibert, Filippo Brunelleschi, Donatello y Jacobo della Quercia. El desafío consistía en realizar un relieve en bronce y oro que representase el Sacrificio de Isaac, lo cual encerraba tres problemas: el primero era un problema expresivo, pues obligaba a realizar dos figuras en contraste, la víctima inconsciente y el renuente verugo, el segundo era narrativo, porque la aparición del ángel debía mostrarse en el momento en que este muestra el carnero y detiene la mano de Abraham, y el último problema era espacial, ya que a cierta distancia de la escena debían aparecer dos figuras humanas con un asno. Además el relieve debía enmarcarse en medallones cuatrifoliares, como los utilizados en la puerta anterior por Andrea Pisano.

El ganador del concurso resultó ser Ghiberti, y hasta se comenta que Brunelleschi estaba tan desilusionado por ese resultado que partió a Roma para estudiar arquitectura y nunca más volvió a esculpir. Ghiberti utilizó el espacio tetralobulado como base para su diseño, situando al ángel y al carnero en las dos secciones salientes de la parte superior y a los pies de los dos jóvenes en el saliente izquierdo del inferior. Las figuras muestran los suaves ritmos del gótico tardío , salvo en Isaac, que muestra un torso helenístico, retomando la forma clásica del arte de la Antigüedad Grecolatina.

La puerta norte del Baptisterio contiene altos relieves con escenas de la vida de Cristo, cuatro evangelistas y cuatro doctores. Estos conservan la composición en cuadrícula que había utilizado Andrea Pisano, con un punto de vista centralizado y una cuasi-simetría espectacular. Pero lo que hizo vencedor a Ghiberti es el hecho de que sus relieves se ajustan aun al arte gótico de Andrea Pisano, con peculiaridades cortesanas de elegancia y delicadeza, a la vez que retoma formalidades clásicas y sobrias, pero sobre todo un arte cargado de espiritualidad y simbolismo.



El Baptisterio de San Juan de Florencia obtuvo su tercera y última puerta en 1452, elaborada también por Ghiberti, quien ya había trabajado en la segunda puerta al ganar el concurso. Esto le concedió la admiración de sus contemporáneos, y por ello, en 1425, los administradores del Baptisterio le adjudicaron directamente la tarea de la realización de la última puerta.

Desde esa fecha hasta 1452 elaboró la puerta actualmente ubicada en el lado este. El resultado final fue tan espléndido que justamente se decidió colocarla en la sección oriental por ser la más jerarquizada de todas. Se dice que fue Miguel Ángel quien las bautizó como las Puertas del Paraíso, porque su belleza y perfección merecía estar en la entrada del Paraíso.

Ghiberti reemplazó los veintiocho paneles cuadrilobulares de las puertas anteriores por diez paneles rectangulares que encierran historias del Antiguo Testamento, comenzando con la creación de Adán y Eva. Elaboradas con una nueva concepción del espacio y de la composición, las escenas ahora poseen un fuerte carácter pictórico. Ghiberti agregó paisajes, arquitecturas, y numerosos personajes en estos relieves trabajados en una multiplicidad de planos sumamente reducidos, que provienen de la técnica de relieve schiacciato (aplastado), inventada por Donatello.

Gracias a las cualidades pictóricas de los distintos planos, la sensación de profundidad espacial aumenta considerablemente. Las complejas composiciones son coherentes y unitarias y la perspectiva central contribuye a generar un orden lógico dentro del cual las multitudinarias figuras se modelan con mayor o menor relieve de acuerdo a su ubicación espacial. Casi parece una pintura en bronce, refinada y elegante.

La Puerta del Paraíso ha sido siempre admirada como su obra maestra. En 1966 fue muy dañada por una inundación, y luego de su restauración se la trasladó al Museo dell' Opera del Duomo y se la sustituyó por una copia.




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